jueves, 26 de enero de 2012

Testimonio de una Terapeuta sobre un niño TEL

Este testimonio esta extraido de Nuestros relatos de la pagina web de ATELMA (http://www.atelma.es/9901.html)

RETO Y PLACER
Como profesional que trabaja con niños en el campo de la terapia psicomotriz, el trabajo con un niño con T.E.L. ha supuesto para mi todo un reto y también un gran placer.
Porque aunque siempre ha sido difícil la comunicación con el (sobre todo al principio cuando tenia muchas ecolalias y jerga ininteligible, cuando rechazaba el contacto o los juegos compartidos) su alegría y sus ganas de hacer cosas han sido lo que me animaba a mi a seguir intentando la comunicación con el.
En cada sesión me ponía a su disposición con mi cuerpo, el espacio de la sala de psicomotricidad, los objetos, y le acompañaba, siguiendo cualquier inicio de juego.
Muchos intentos fueron fallidos, a veces me resultaba difícil llegar a el, comprenderle o hacer que el me comprendiera…. Pero otras veces si sentía que conectábamos y compartíamos grandes ratos de juego (hacíamos una casa, se metía dentro y yo era el lobo, o se dejaba balancear mientras cantábamos una canción…..) Ahora ya saca toda su creatividad e inteligencia y construimos juntos animales con módulos de goma espuma, telas, cuerdas…. “llegando hacer juntos cosas que soy incapaz de hacer sola”.
Mirando hacia atrás, recordando estos dos años de trabajo juntos, me pregunto si le he ayudado yo a el, o si ha sido el quien me ha enseñado a mi lo que supone tener un trastorno del lenguaje, y no entender la comunicación tal y como la entendemos.
He visto su evolución día a día (siempre con el motor de su madre detrás) desde que empezó a recibir ayuda específica por expertos en el trastorno.
Ahora yo si comprendo que el repetir las palabras o las frases era para el una forma de acercarse al lenguaje y apropiarse de el, que los rituales en el juego le daban seguridad por que no entendía como se jugaba, y que todo lo visual es una gran ayuda para poder comprender mejor las situaciones.
Y ahora veo que me pide ayuda, que señala lo que quiere, que me pide a que quiere jugar o que me cuente lo que ha hecho el fin de semana, y también veo como ha aprendido a leer y a escribir….
Me alegro profundamente de que haya profesionales que estudien estos trastornos y encuentren terapias que ayuden a los niños que lo tienen y de que haya madres generosas que quieran ayudar a otras familias que pasan por lo mismo que la suya, y quieren enseñar todo lo que han aprendido.
Mucho ánimo para ATELMA y todos sus asociados, en este camino que comienza.

Quica

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