martes, 24 de julio de 2012

"LOS GUERREROS ANÓNIMOS" de Catalina Hernandez Ardila

Catalina Hernández Ardila, es la madre de Ale, un precioso niño de cuatro años recién cumplidos, Alejandro tiene Trastorno Especifico del Lenguaje Receptivo - Expresivo, Catalina es una Colombiana de Pereira, que tenemos la suerte de tener en nuestro país y en nuestra asociación, batalladora incansable por su hijo, los "profesionales" que osan enfrentarse a ella y a su marido no saben con quién se la juegan, una gran mujer, una gran madre y una bellísima persona, y además, como aquí demuestra, una gran narradora de hechos, con los que desgraciadamente, como padres nos tenemos que enfrentar cotidianamente, nuestros hijos no tienen bastante con la minusvalía que les ha tocado llevar, que encima tenemos que lidiar con la estupidez humana que muchas personas llevan por bandera, siendo estas personas dignas de lastima porque su minusvalía si es fácilmente corregible.



Nadie, casi nadie los conoce; son guerreros anónimos que nacieron librando una batalla injusta, o quizá sea así porque el destino les encargó como misión enseñarnos a todos, que todo puede ser posible a pesar de las barreras que encontramos en el camino. Han venido para abrirnos los ojos y darnos una lección de tolerancia, para recordarnos el verdadero sentido de humanidad.

Siempre junto a ellos vienen otros guerreros, soldados más veteranos, héroes en una guerra de injusticias humanas, que no tienen otra medalla que las heridas de su corazón. La primera herida fue al saber que su pequeño tesoro sería un guerrero anónimo; no es fácil de asimilar, porque cuando ves a ese pequeñín, crees que como a todos, la vida le sonreirá algunas veces y otras tendrá que aprender a levantarse de unas pocas zancadillas que encontrará; pero no, a este ser tan indefenso y frágil le han puesto la pierna entera, con un pié del 48 que le hará caer tantas veces, y la rabia y la impotencia hacen que el soldado llore preguntándose una y otra vez ¿por qué?. Se imagina un futuro lleno de montañas cuesta arriba, con precipicios a los que teme pueden llegar a caer los pequeños guerreros y del que siempre habría que protegerles, llegando a temer incluso, que el día que la vida termine para el veterano, porque su última fuerza y aliento se agotó, el sendero de éstos guerreros anónimos sea incierto. Las siguientes heridas se hacen grandes y profundas, al ver que la batalla muchas veces se ve perdida gracias a quienes mueven los hilos en este mundo lleno de paradigmas, de seres que no quieren ver, escuchar y mucho menos actuar.

Muchas veces, la incomprensión e ignorancia de personas cercanas, hace que día a día el sufrimiento y la soledad se produzca aún más, por no tener cómplices que le cubran la retaguardia por si alguien decide disparar por la espalda algún decreto, alguna palabra hiriente y malintencionada, alguna etiqueta o una burla, de esas que sólo aquellos con el cerebro disminuido por falta de uso saben hacer.

Pero no todo el mundo lo sabe, esos guerreros anónimos están armados de mucha fuerza, valentía, ganas de luchar; son dignos de admirar, porque pueden llegar donde llegan los demás a quienes no se les ha llamado "discapacitados"; a veces pueden ir mucho más lejos, callando bocas sin decir una sola palabra. Unos cuantos se quedan por el camino, porque su viaje debía terminar, pero en el alma de quienes libraron a su lado aquella contienda y de quienes los vieron pelear contra la gran adversidad, quedará el verdadero significado del coraje, escrito con una tinta imborrable. Otros, no llegarán a los objetivos tan subjetivos que marca la sociedad, pero se acercarán y aún así vivirán felices. Todos ellos tienen el escudo más grande que jamás nadie podría romper, la protección y el amor de esos soldados veteranos que caminan a su lado, dándoles ánimo, fuerza, creyendo en ellos y legando juntos un ejemplo de constancia y tenacidad.

Por si aún no lo sabes, esos guerreros anónimos, son personas a quienes se les ha etiquetado de discapacitadas, ya sean físicas, psicológicas o por sufrir alguna enfermedad rara o sin cura. Son anónimos, porque no suelen salir en la tele como los héroes que el cine o la tele nos a diario, pero que su camino por la vida es una cruzada, un continuo combate, no sólo con aquello que le falta, sino con lo que la gente por ignorancia, o por egoísmo y estupidez le hace más difícil su trayecto.

Quizá un día te encuentres con un guerrero anónimo y si es así, no señales, no juzgues, no sientas lástima, no ignores, no mires a otro lado. Se comprensivo, tolerante, ayuda a que otros lo sean, a que la gente se entere de la razón de su pelea por conseguir lo que otros tienen con más facilidad y tal vez no valoran, a difundir lo que es su dificultad y lo que ello significa, a conseguir que aquellos seres que tienen el poder de hacer más pequeña esa zancadilla pero que no quieren ver, escuchar ni actuar, vean, escuchen y actúen. Pero si no piensas hacer nada, no te pongas en su camino, apártate y no te conviertas en un obstáculo más.

Publicado por Cata en 01:59
Fuente: http://bitacoradeandromeda.blogspot.com.es/search/label/LOS%20GUERREROS%20AN%C3%93NIMOS

2 comentarios:

  1. Me parece muy acertado y muy bonito lo que has escrito Catalina. Tienes toda la razón y cada día deberíamos ser más los que luchemos día a día por que estos niños salgan adelante, ya que para ello basta simplemente que sepamos apoyarnos y unirnos entre todos, implicarnos para que sus vidas sean lo más felices posibles, porque ellos, como nosotros, como tú y como yo, como todos las personas, tienen derecho a una felicidad sin límites ni trabas. Me gustaría unirme a ti para apoyarte en tu lucha. ¿Me lo permites?

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  2. Gracias Alfonso por tu introducción y por compartir mi narración. Me he emocionado tanto que se llenaron mis ojos de lágrimas.
    Javier, gracias por tu comentario, y si, por supuesto que te permito unirte a mi lucha, para mi es todo un honor.

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